Recibo de luz: aprende a leerlo correctamente
Seguro que habrás oído ya muchas maneras de ahorrar en el recibo de luz. Desenchufar los electrodomésticos antes de ir a dormir, dejar la luz de la cocina encendida las 24 horas porque es un fluorescente y te han contado que su mayor consumo se produce en el arranque pero que después se mantiene consumiendo muy poco….
Pero ojo…
¿Sabes lo que pagas en tu recibo de la luz y por qué lo pagas? y… sobre todo ¿Sabes cómo puedes pagar menos?
Si bien es cierto que esos pequeños gestos pueden ayudarte a bajar un par de euros, también es cierto que no es lo más importante para conseguir un gran ahorro en tu recibo de la luz ni por supuesto una eficiencia energética que te beneficie realmente.
El verdadero ahorro está en entender la factura de la luz.
El recibo de la luz
Según el ministerio de industria, que es el que marca las pautas, existen tres tipos de clientes finales:
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Los particulares o viviendas residenciales (tarifas de menos de 10 KW).
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PYMES (entre 10 y 15 KW).
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Grandes empresas (más de 15 KW).
Para que te hagas una idea, en la mayoría de viviendas se consume entre 3 y 7 KW. Con lo cuál nos centraremos en hacer un desglose de la factura de la luz para el primer tipo de cliente.
Cómo leer el recibo de la luz
Los 4 grandes conceptos que engloban un recibo de la luz son:
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Potencia contratada.
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Energía consumida.
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Impuestos de la compañía eléctrica e IVA.
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Alquiler de los contadores.
¡Lo más importante! Potencia contratada
Es la parte fija y la cantidad de KW contratados (3,3 KW, 4,4 KW, 6,6 KW…). Esta opción sea quizá la más importante porque dependerá del uso diario que hagas de tus aparatos eléctricos (aires acondicionados, vitrocerámica, lavadora, lavaplatos, calentador de agua, horno eléctrico…) y su elección condicionará la comodidad y el ahorro energético.
La potencia contratada será un fijo que pagarás al mes, y claro está: a mayor potencia contratada, mayor tarifa fija. Pero ten en cuenta que debes contratar en función de tu uso. Por ejemplo, imagina la incomodidad de que estén saltando contínuamente los plomos porque la potencia que contratáste no se adecúa al uso real que haces dela vivienda.
Los otros tres conceptos: Consumo, Impuestos y Alquiler de los contadores
Empezando por el último y aunque suene un poco raro, sí tienes que pagar una cantidad en concepto de alquiler por los contadores. Dependiendo de la compañía, variará.
El consumo eléctrico. Existen tres tipos de tarifas aunque las dos más comunes son la tarifa normal (con un precio único (€/KW) los 365 días del año) y la tarifa nocturna (que una franja horaria desde las 22h o 23h hasta las 12h o 13h de mediodía con tarifa reducida, y el consumo por las tardes/noches más caro).
En la parte de impuestos hay dos conceptos: el IVA (21%), y el impuesto eléctrico. Este es un impuesto de los denominados especiales (como los del alcohol, tabaco o hidrocarburos). Es un 4,864% adicional al total del consumo y tarifa contratada.
Cómo ahorrar energía eléctrica y consumo en el recibo de la luz
Una vez escoges la tarifa (cantidad de KW contratados) y el tipo de consumo (normal o nocturno) que más te convenga en tu recibo de la luz, ahora sí puedes aplicar algunos consejos para ahorrar todavía más:
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Usar bombillas de bajo consumo te puede ayudar a ahorrar entre un 75% y un 80% en el recibo de la luz y duran ocho veces más que las bombillas convencionales. También puedes optar por lel uso de bombillas LED, que aún consumen menos energía: Una bombilla LED de 10W da la misma luz que una bombilla normal de 60w y dura más. Las bombillas LED de 12w serían equivalentes a las de 75W.
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Apagar los electrodomésticos y aparatos que no uses, dejándolos en modo stand by.
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Mantener la calefacción a 21ºC es más que suficiente para mantener una vivienda confortable. Por la noche y en periodos de ausencia bajarla entre 15ºC y 17ºC. Debes saber que por cada grado que aumentas la temperatura se incrementa el consumo de energía aproximadamente en un 7%. Si tu calefacción es eléctrica, nosotros recomendamos emisores térmicos que dispongan de un termostato con la función de control de consumo para evitar gastos innecesarios. Además de hacer un seguimiento del consumo que permita comprobar si éste se reduce o crece.
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Instalar un racionalizador de potencia para optimizar el consumo eléctrico. Con este aparato podrás controlar que la energía eléctrica consumida de la vivienda nunca supere la potencia contratada sin peligro que salte el limitador.
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Configurar los aparatos en modo ‘bajo consumo’.
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Un buen aislamiento en la vivienda permite ahorrar hasta un 45% de energía. Colocar aislamiento térmico en los cerramientos exteriores e instalar doble acristalamiento en lugar de doble ventana, también producirá un ahorro mayor en la factura de la luz.
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Elegir electrodomésticos catalogados como AAA, o como mínimo de clase A+ ya que tienen mayor eficiencia y menor consumo.
Esperamos que hayas aprendido un poco más de cómo entender tu recibo de la luz y qué consejos útiles puedes aplicar en tu día a día en casa para ahorrar energía y conseguir la eficiencia que siempre habías deseado. Contacta con nuestro equipo de expertos si necesitas ayuda.