El aire acondicionado contribuye a mejorar la calidad del aire interior
Avanza la primavera y con ello continúa el aumento de las temperaturas. En estos momentos en los que el confinamiento aún no ha terminado y seguimos pasando gran parte del tiempo en espacios cerrados, esto da pie a la cuestión acerca de si los aires acondicionados pueden resultar perjudiciales dada la situación sanitaria en la que nos encontramos.
La calidad del aire que respiramos se ha convertido en una prioridad indiscutible debido a la crisis que vivimos en materia de salud. Resulta evidente que esta preocupación con la que llevamos conviviendo unos meses puede verse agravada de cara al cambio de temperatura, puesto que cuando ésta aumenta llega el momento de asegurar nuestro confort mediante el uso de sistemas de climatización.
Sin embargo, lejos de suponer un problema, expertos de diversos organismos nacionales e internacionales del sector de la climatización concluyen que el uso de estos sistemas no sólo no facilita la dispersión de virus, sino que por el contrario contribuyen a reducir su concentración. Los equipos de aire acondicionado y calefacción cuentan con filtros que contribuyen a la eliminación de partículas microscópicas del aire, proporcionando un ambiente adecuado en temperatura y humedad, y con aire más limpio, con menor concentración de virus SARS-CoV-2 en el aire además de menor cantidad de polvo y potenciales alérgenos.
Este beneficio ha sido remarcado por parte de expertos de asociaciones como como ASHRAE (Sociedad Estadounidense de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado), o REHVA (Federación de asociaciones europeas de calefacción, ventilación y aire acondicionado), afirmando que se reduce el riesgo de transmisión con el uso de estos aparatos.
Conocíamos ya algunos beneficios de los sistemas de climatización, que hacen nuestra vida más cómoda y agradable. Sin embargo, en la situación en la que nos encontramos resulta tranquilizador saber que además de proporcionarnos confort térmico, contribuyen a mejorar la calidad del aire que respiramos. Las instalaciones de climatización son seguras y necesarias para alcanzar unas condiciones óptimas de bienestar e higiene en el interior de los edificios. Al garantizar una ventilación adecuada mientras se eliminan partículas suspendidas, se reduce la transmisión de enfermedades infeccionas. Esto último motiva la recomendación de no parar los sistemas e instalaciones de climatización, calefacción y ventilación para frenar la transmisión del virus.
Para todo ello, es esencial que los filtros de los equipos cuenten con un mantenimiento óptimo y es esencial su cuidadosa limpieza para que puedan continuar limpiando el aire que respiramos en las mejores condiciones.