Cómo aprovechar una reforma para mejorar la eficiencia energética de tu casa
Una reforma en casa puede tener muchos objetivos, como cambiar la distribución, arreglar un desperfecto, poner a punto la decoración, o mejorar el aislamiento. Sin embargo, aunque esta última no sea la razón principal, cualquier reforma debería aprovecharse para mejorar este aspecto de nuestra vivienda, ya que a la larga supondrá múltiples beneficios.
El aislamiento de nuestro hogar asegura que la energía que utilizamos para mantener una temperatura confortable en casa, sea mínima en comparación con los resultados. La eficiencia de éste determinará el intercambio de temperatura del exterior de nuestra casa con el interior. Es especialmente importante en edificios que se encuentren más al descubierto, aunque también tiene relevancia en aquellos más “arropados” por su entorno. Los edificios altos que no tienen otras construcciones alrededor, por ejemplo, se encuentran más expuestos a los cambios de temperatura y, por tanto, su aislamiento tendrá un papel clave a la hora de amortiguar estos cambios térmicos. Sucede algo similar en los áticos, sobre todo en verano, ya que se encuentran expuestos al sol directamente y serán los materiales que lo protejan los que determinarán en qué medida esto afecta a su interior.
El aislamiento se suele relacionar únicamente con el material que recubre las paredes, con ejemplos como el poliestireno o la lana de roca, pero los suelos y techos también son clave a la hora de asegurar un equilibrio térmico en cada estancia. Otro punto importante a tener en cuenta son las ventanas, que supondrán una pérdida de calor importante en invierno si no tienen las características adecuadas.
Estas reformas supondrán un cambio especialmente importante en edificios antiguos puesto que las normativas de construcción se han ido volviendo cada vez más estrictas respecto a la eficiencia energética y los edificios nuevos ya tienen un aislamiento contundente. Los edificios de más de 30 años, sin embargo, darán un cambio importante con apenas unos ajustes como el trasdosado de tabiques, que consiste en la construcción de tabiques secundarios junto a los ya existentes entre los que queda un espacio que se llena de material aislante. Creando una cámara de aire, se amortigua enormemente el intercambio de temperaturas. De forma similar, al cambiar el suelo por una tarima laminada se evitará la pérdida de calor por esta superficie.
Las ventanas han experimentado una gran cantidad de cambios estructurales hasta llegar a los modelos más actuales, con cristales dobles o triples con cámara de aire y distintas opciones de apertura. Hay numerosas opciones de materiales con diferentes aplicaciones prácticas como el PVC como aislante, y el aluminio con sistema de rotura de puente térmico que evita la condensación de agua. Nuestra recomendación son las ventanas oscilobatientes, ya que son la opción idónea para mejorar la eficiencia energética en una reforma.
La importancia de un buen aislamiento no radica únicamente en la posibilidad de obtener un buen certificado de eficiencia energética. Si bien esto es muy importante a la hora de alquilar o vender un inmueble, si lo que queremos es estar cómodos en nuestra vivienda un buen aislamiento contribuirá en el ahorro a largo plazo que se produce al evitar grandes costos de calefacción o aire acondicionado para mantener temperaturas agradables en casa.